Estimado(a) Dr.(a) le invitamos a leer la siguiente nota “¿Cuál es la dieta óptima para el paciente con diabetes tipo 2?”
Por la Dra. Dana Aline Pérez Camargo. Nutrióloga. Instituto Nacional de Cancerología. Cédula: 11052533.
La terapia nutricional consiste en el tratamiento de una enfermedad o condición a través de la modificación en la ingesta de nutrientes o alimentos. En pacientes con diabetes tipo 2 (DT2) es parte fundamental del tratamiento integral e interdisciplinario que requiere la participación activa del paciente y además debe incluir en conjunto a la prescripción dietética, educación, consejería y terapia cognitivo conductual para contribuir a un mayor apego. Los principales objetivos de la terapia nutricional en pacientes que cursan esta patología son promover y apoyar patrones de alimentación saludables y sostenibles, para mejorar la salud en general y específicamente para: contribuir al mantenimiento del control glucémico plasmático y capilar (al menos un 70% de tiempo en rango), mejorar los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c), presión arterial, triglicéridos, colesterol total, c-HDL y c-LDL; mantener los objetivos de peso corporal y retrasar o prevenir las complicaciones microvasculares y macrovasculares.¹
Se dispone de una gran variedad de patrones de alimentación aceptados para el control de la DT2. Todas las intervenciones propuestas tienen en común, como primera instancia la restricción en la ingesta calórica, método sugerido para la búsqueda de la reducción de peso (5 a 10% del peso corporal inicial) que se relaciona de forma directa con mejoras metabólicas favorables, incremento de la sensibilidad a la insulina y control en los niveles de: glucosa, lípidos y presión arterial. La reducción de la ingesta total de carbohidratos ha demostrado la mayor evidencia para mejorar la glucemia y se puede aplicar en una gran variedad de patrones de alimentación que satisfagan las necesidades y preferencias individuales. (1,2)
Las dietas bajas en carbohidratos comprenden la reducción de carbohidratos del 26-45% de las calorías totales. Se ha demostrado que los patrones de alimentación bajos en carbohidratos, especialmente con muy bajo aporte de estos, reducen la HbA1c, presión arterial, triglicéridos y la necesidad de medicamentos hipoglucemiantes.¹ Un metanálisis que comparó los patrones de alimentación bajos en carbohidratos (<45 % de calorías) con patrones de alimentación altos en carbohidratos (>45 % de calorías) encontró que los beneficios en la HbA1c fueron más pronunciados en las intervenciones donde <26% de las calorías provenían de carbohidratos a los 3 y 6 meses.³ Li S. y colaboradores mencionan que la dieta baja en carbohidratos logra una reducción de HbA1c (0.35 %) y peso corporal (-2.99 kg; p < 0.0001) mayor en comparación con una dieta baja en grasas.⁴
De forma específica como complemento a la disminución de este macronutriente la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) sugiere limitar el consumo de fructosa, manteniendo una ingesta diaria de 60 g (aproximadamente 10% de las calorías totales diarias) ya que en diferentes ensayos clínicos, revisiones sistemáticas y análisis de meta-regresión existe una relación en cuanto a la disminución del consumo de este carbohidrato y su posible efecto en la modificación de parámetros en lípidos plasmáticos principalmente triglicéridos.⁵
Uno de los enfoques dietéticos también propuestos para el control de DT2 es la dieta mediterránea, esta se basa principalmente en el consumo de alimentos de origen vegetal, pescados y otros mariscos, aceite de oliva como fuente principal de grasas en la dieta. Shai I. y colaboradores mencionan en el Ensayo Clínico Controlado Aleatorio de Intervención Dietética, que los adultos con obesidad y DT2 con una alimentación de tipo mediterráneo con restricción calórica, presentaron una glucosa plasmática más baja en comparación con la alimentación baja en grasas. Por otro lado, Esposito K. y colaboradores mencionan en un metanálisis que la dieta mediterránea muestra una reducción de HbA1c de −0.47 % en comparación con la atención habitual o una dieta baja en grasas. (6,7)
Con relación a la cantidad como la calidad en la ingesta de grasa en pacientes con DT2, resulta conveniente un plan de alimentación rico en grasas monoinsaturadas (12 al 20% del total de calorías diarias) y poliinsaturadas (2 al 10%) provenientes de diversidad de pescados y oleaginosas fuentes ricas en omega 3, ALA, DHA y EPA, consiguiendo un total de 30% de este macronutriente.⁵
La dieta baja en grasas, es definida por la Asociación Americana de Diabetes (ADA) como la ingesta total de grasas <30% del total de calorías y la ingesta de grasas saturadas <10%, y muestra beneficios en la reducción de peso y factores de riesgo en pacientes que padecen diabetes. El Grupo de Investigación LOOK AHEAD, mostró que en los adultos con sobrepeso u obesidad y DT2 con una alimentación baja en grasas y restricción calórica con un aumento en la actividad física, existe una pérdida de peso significativamente mayor (p < 0.001), en comparación con los adultos con las mismas características que únicamente recibieron apoyo y educación para el control de DT2 a lo largo del estudio (8.6 % vs. 0.7 % al año; 6.0 % vs. 3.5 % al final del estudio).⁸
En conjunto y de forma independiente al patrón de alimentación que se implemente, es importante considerar los siguientes factores en la terapia nutricional de los pacientes con DT2: seleccionar carbohidratos con alto contenido de fibra y bajo índice glucémico (30-35 g/día de fibra dietética ≥30% fibras solubles), minimizar el consumo de azúcares añadidos, y granos refinados, elegir alimentos integrales en lugar de alimentos altamente procesados, priorizando la calidad, densidad y variedad de nutrientes en medida de lo posible. (1,2)
En conclusión, aunque pueden emplearse diversas directrices de alimentación que orienten el manejo dietético de un paciente con DT2, no existe un patrón de alimentación único o ideal, es recomendable desarrollar un plan de alimentación individualizado y ajustarse en función de los cambios en las circunstancias de vida, curso de la enfermedad de un individuo, preferencias culturales, alfabetización en salud, acceso a alimentos y la capacidad de realizar cambios de comportamiento ya que la adherencia del paciente y la manejabilidad a largo plazo son factores fundamentales para la eficacia de cada dieta. (1,2)
Referencias:
- Evert AB, Dennison M, Gardner CD, et al. Nutrition Therapy for Adults With Diabetes or Prediabetes: A Consensus Report. Diabetes Care. 2019;42(5):731-754. doi:10.2337/dci19-0014.
- Petroni ML, Brodosi L, Marchignoli F, Sasdelli AS, Caraceni P, Marchesini G, Ravaioli F. Nutrition in Patients with Type 2 Diabetes: Present Knowledge and Remaining Challenges. Nutrients. 2021 Aug 10;13(8):2748.
- Sainsbury E, Kizirian NV, Partridge SR, Gill T, Colagiuri S, Gibson AA. Effect of dietary carbohydraterestriction on glycemic control in adults with diabetes: a systematic review and metaanalysis. Diabetes Res Clin Pract 2018;139:239–252.
- Li S, Ding L, Xiao X. Comparing the Efficacy and Safety of Low-Carbohydrate Diets with Low-Fat Diets for Type 2 Diabetes Mellitus Patients: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Clinical Trials. Int J Endocrinol. 2021 Dec 6;2021:8521756.
- Veloza, Angélica. “Análisis Comparativo De Las Guías ADA 2020 Y ALAD 2019 Sobre La Terapia Médica Nutricional Del Paciente Adulto Con Diabetes Tipo 1 Y 2 Con énfasis En Los Patrones De Alimentación.” Revista De Nutrición Clínica Y Metabolismo 4, no. 1 (2021).
- Shai I, Schwarzfuchs D, Henkin Y, et al. Dietary Intervention Randomized Controlled Trial (DIRECT) Group. Weight loss with a lowcarbohydrate, Mediterranean, or low-fat diet. N Engl J Med 2008;359:229–241
- Esposito K, Maiorino MI, Bellastella G, Chiodini P, Panagiotakos D, Giugliano D. A journey into a Mediterranean diet and type 2 diabetes: a systematic review with meta-analyses. BMJ Open. 2015 Aug 10;5(8):e008222.
- Look AHEAD Research Group, Wing RR, Bolin P, Brancati FL, Bray GA, Clark JM, et al. Cardiovascular effects of intensive lifestyle intervention in type 2 diabetes. N Engl J Med. 2013 Jul 11;369(2):145-54.
Material desarrollado con fines de educación médica continua.
Material exclusivo para profesionales de la salud.
La información aquí presentada es opinión del ponente.
Código interno de aprobación: MX22NNM00021.
Terapia nutricional
Patrones de alimentación aceptados para el control de la DT2
Dietas bajas en carbohidratos
Asociación Latinoamericana de Diabetes
Enfoques dietéticos
Dieta baja en grasas
Por la Dra. Dana Aline Pérez Camargo. Nutrióloga. Instituto Nacional de Cancerología. Cédula: 11052533.
La terapia nutricional consiste en el tratamiento de una enfermedad o condición a través de la modificación en la ingesta de nutrientes o alimentos. En pacientes con diabetes tipo 2 (DT2) es parte fundamental del tratamiento integral e interdisciplinario que requiere la participación activa del paciente y además debe incluir en conjunto a la prescripción dietética, educación, consejería y terapia cognitivo conductual para contribuir a un mayor apego. Los principales objetivos de la terapia nutricional en pacientes que cursan esta patología son promover y apoyar patrones de alimentación saludables y sostenibles, para mejorar la salud en general y específicamente para: contribuir al mantenimiento del control glucémico plasmático y capilar (al menos un 70% de tiempo en rango), mejorar los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c), presión arterial, triglicéridos, colesterol total, c-HDL y c-LDL; mantener los objetivos de peso corporal y retrasar o prevenir las complicaciones microvasculares y macrovasculares.¹
Se dispone de una gran variedad de patrones de alimentación aceptados para el control de la DT2. Todas las intervenciones propuestas tienen en común, como primera instancia la restricción en la ingesta calórica, método sugerido para la búsqueda de la reducción de peso (5 a 10% del peso corporal inicial) que se relaciona de forma directa con mejoras metabólicas favorables, incremento de la sensibilidad a la insulina y control en los niveles de: glucosa, lípidos y presión arterial. La reducción de la ingesta total de carbohidratos ha demostrado la mayor evidencia para mejorar la glucemia y se puede aplicar en una gran variedad de patrones de alimentación que satisfagan las necesidades y preferencias individuales. (1,2)
Las dietas bajas en carbohidratos comprenden la reducción de carbohidratos del 26-45% de las calorías totales. Se ha demostrado que los patrones de alimentación bajos en carbohidratos, especialmente con muy bajo aporte de estos, reducen la HbA1c, presión arterial, triglicéridos y la necesidad de medicamentos hipoglucemiantes.¹ Un metanálisis que comparó los patrones de alimentación bajos en carbohidratos (<45 % de calorías) con patrones de alimentación altos en carbohidratos (>45 % de calorías) encontró que los beneficios en la HbA1c fueron más pronunciados en las intervenciones donde <26% de las calorías provenían de carbohidratos a los 3 y 6 meses.³ Li S. y colaboradores mencionan que la dieta baja en carbohidratos logra una reducción de HbA1c (0.35 %) y peso corporal (-2.99 kg; p < 0.0001) mayor en comparación con una dieta baja en grasas.⁴
De forma específica como complemento a la disminución de este macronutriente la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) sugiere limitar el consumo de fructosa, manteniendo una ingesta diaria de 60 g (aproximadamente 10% de las calorías totales diarias) ya que en diferentes ensayos clínicos, revisiones sistemáticas y análisis de meta-regresión existe una relación en cuanto a la disminución del consumo de este carbohidrato y su posible efecto en la modificación de parámetros en lípidos plasmáticos principalmente triglicéridos.⁵
Uno de los enfoques dietéticos también propuestos para el control de DT2 es la dieta mediterránea, esta se basa principalmente en el consumo de alimentos de origen vegetal, pescados y otros mariscos, aceite de oliva como fuente principal de grasas en la dieta. Shai I. y colaboradores mencionan en el Ensayo Clínico Controlado Aleatorio de Intervención Dietética, que los adultos con obesidad y DT2 con una alimentación de tipo mediterráneo con restricción calórica, presentaron una glucosa plasmática más baja en comparación con la alimentación baja en grasas. Por otro lado, Esposito K. y colaboradores mencionan en un metanálisis que la dieta mediterránea muestra una reducción de HbA1c de −0.47 % en comparación con la atención habitual o una dieta baja en grasas. (6,7)
Con relación a la cantidad como la calidad en la ingesta de grasa en pacientes con DT2, resulta conveniente un plan de alimentación rico en grasas monoinsaturadas (12 al 20% del total de calorías diarias) y poliinsaturadas (2 al 10%) provenientes de diversidad de pescados y oleaginosas fuentes ricas en omega 3, ALA, DHA y EPA, consiguiendo un total de 30% de este macronutriente.⁵
La dieta baja en grasas, es definida por la Asociación Americana de Diabetes (ADA) como la ingesta total de grasas <30% del total de calorías y la ingesta de grasas saturadas <10%, y muestra beneficios en la reducción de peso y factores de riesgo en pacientes que padecen diabetes. El Grupo de Investigación LOOK AHEAD, mostró que en los adultos con sobrepeso u obesidad y DT2 con una alimentación baja en grasas y restricción calórica con un aumento en la actividad física, existe una pérdida de peso significativamente mayor (p < 0.001), en comparación con los adultos con las mismas características que únicamente recibieron apoyo y educación para el control de DT2 a lo largo del estudio (8.6 % vs. 0.7 % al año; 6.0 % vs. 3.5 % al final del estudio).⁸
En conjunto y de forma independiente al patrón de alimentación que se implemente, es importante considerar los siguientes factores en la terapia nutricional de los pacientes con DT2: seleccionar carbohidratos con alto contenido de fibra y bajo índice glucémico (30-35 g/día de fibra dietética ≥30% fibras solubles), minimizar el consumo de azúcares añadidos, y granos refinados, elegir alimentos integrales en lugar de alimentos altamente procesados, priorizando la calidad, densidad y variedad de nutrientes en medida de lo posible. (1,2)
En conclusión, aunque pueden emplearse diversas directrices de alimentación que orienten el manejo dietético de un paciente con DT2, no existe un patrón de alimentación único o ideal, es recomendable desarrollar un plan de alimentación individualizado y ajustarse en función de los cambios en las circunstancias de vida, curso de la enfermedad de un individuo, preferencias culturales, alfabetización en salud, acceso a alimentos y la capacidad de realizar cambios de comportamiento ya que la adherencia del paciente y la manejabilidad a largo plazo son factores fundamentales para la eficacia de cada dieta. (1,2)
Referencias:
- Evert AB, Dennison M, Gardner CD, et al. Nutrition Therapy for Adults With Diabetes or Prediabetes: A Consensus Report. Diabetes Care. 2019;42(5):731-754. doi:10.2337/dci19-0014.
- Petroni ML, Brodosi L, Marchignoli F, Sasdelli AS, Caraceni P, Marchesini G, Ravaioli F. Nutrition in Patients with Type 2 Diabetes: Present Knowledge and Remaining Challenges. Nutrients. 2021 Aug 10;13(8):2748.
- Sainsbury E, Kizirian NV, Partridge SR, Gill T, Colagiuri S, Gibson AA. Effect of dietary carbohydraterestriction on glycemic control in adults with diabetes: a systematic review and metaanalysis. Diabetes Res Clin Pract 2018;139:239–252.
- Li S, Ding L, Xiao X. Comparing the Efficacy and Safety of Low-Carbohydrate Diets with Low-Fat Diets for Type 2 Diabetes Mellitus Patients: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Clinical Trials. Int J Endocrinol. 2021 Dec 6;2021:8521756.
- Veloza, Angélica. “Análisis Comparativo De Las Guías ADA 2020 Y ALAD 2019 Sobre La Terapia Médica Nutricional Del Paciente Adulto Con Diabetes Tipo 1 Y 2 Con énfasis En Los Patrones De Alimentación.” Revista De Nutrición Clínica Y Metabolismo 4, no. 1 (2021).
- Shai I, Schwarzfuchs D, Henkin Y, et al. Dietary Intervention Randomized Controlled Trial (DIRECT) Group. Weight loss with a lowcarbohydrate, Mediterranean, or low-fat diet. N Engl J Med 2008;359:229–241
- Esposito K, Maiorino MI, Bellastella G, Chiodini P, Panagiotakos D, Giugliano D. A journey into a Mediterranean diet and type 2 diabetes: a systematic review with meta-analyses. BMJ Open. 2015 Aug 10;5(8):e008222.
- Look AHEAD Research Group, Wing RR, Bolin P, Brancati FL, Bray GA, Clark JM, et al. Cardiovascular effects of intensive lifestyle intervention in type 2 diabetes. N Engl J Med. 2013 Jul 11;369(2):145-54.
Material desarrollado con fines de educación médica continua.
Material exclusivo para profesionales de la salud.
La información aquí presentada es opinión del ponente.
Código interno de aprobación: MX22NNM00021.
Terapia nutricional
Patrones de alimentación aceptados para el control de la DT2
Dietas bajas en carbohidratos
Asociación Latinoamericana de Diabetes
Enfoques dietéticos
Dieta baja en grasas